jueves, 27 de junio de 2013

LA EUTANACIA



EL TEXTO ARGUMENTATIVO
Jorge Luis Medina Céspedes
UPN
LA EUTANACIA
Sabemos muy bien que  la toma de nuestras decisiones determina el rumbo de nuestras vidas; pero, ¿qué sucede cuando tenemos que decidir por la vida de otras personas? A todos nos consta que afrontar una situación como la de la EUTANACIA nos resulta más difícil para las personas que acompañan al enfermo, que para el enfermo mismo. La Eutanasia es el acto de provocar la muerte a una persona enferma, sin embargo esta palabra aún tiene un sentido muy ambiguo, su significado es sumamente importante ya que a partir de éste es que se genera las controversias, como dar la muerte al recién nacido deficiente que se presume que ha de llevar una vida deficiente, la ayuda al suicida para que consume su propósito, la eliminación del anciano que se presume que no vive ya una vida digna o la abstención de persistir en tratamientos dolorosos o inútiles para alargar la agonía de un moribundo. Ante esta aparente manipulación de las palabras  por parte de los promotores de la eutanasia me pregunto ¿cualquier persona puede tener derecho físico sobre la vida de otra persona? ¿Pueden los médicos, familiares o amigos decidir por la vida de un paciente? Yo creo que ayudar a alguien a morir es considerado un delito.
Afirmo esto, pues dar muerte a otro, consciente y deliberadamente, por muy aparente noble que parezcan las causas que lo animen a ejecutar tal acción, es de todas maneras un homicidio. Cuando uno está sólo, anciano, enfermo es fácil sufrir ansiedad y depresión que llevan a querer morir. Cuando se niega la eutanasia, los médicos y terapeutas se esfuerzan por curar esta depresión, devolver las ganas de vivir y casi siempre tienen éxito si el entorno ayuda.
Por el contrario, estar a favor de la eutanasia, en vez de esforzarse por eliminar la depresión, se tiende a eliminar al deprimido "porque lo pide". De este modo, desde el punto de vista de quién la practica,  se dice que toda persona es autónoma y tiene derecho a decidir sobre su vida y en determinadas condiciones, puede llegar a ser indigna; condición que quebrantaría el derecho de la dignidad humana.
La persona, como paciente, tiene el máximo derecho en la toma de decisiones médicas que a ella se refieran. Se dice que una vida que no se puede vivir no es un privilegio, es un castigo y no es justo el someter al hombre a dolorosas situaciones, cuando se tiene el poder de evitarlo.
En conclusión, considero de todos modos que manejar el dolor y dejar que la naturaleza siga su curso son las únicas formas éticas de actuar, además, considero que hay que eliminar el sufrimiento humano, más no al ser humano que sufre. la intención aquí no es matar al enfermo por medio de fármacos para entonces aliviarle sus sufrimientos, sino la de aliviarle sus sufrimientos por medio de medicinas adecuadas, teniendo a favor los avances prodigiosos de la medicina y las diferentes alternativas de curación física, mental y espiritual.

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